Queridos niños, todos ustedes conocen el cuento de Mogli, aquel niño que fue abandonado en la selva en medio de los animales y quien fue criado por una manada de lobos, mientras que él continuó siendo humano. Naturalmente que esto solo es posible en un cuento, ya que en la realidad las cosas podrían haber sucedido de forma distinta. Si un niño crece entre animales no podría comunicarse con gente adulta ni aprender a pensar como piensan los seres humanos, no aprendería el lenguaje humano ni las costumbres. Su desarrollo mental se detendría y permanecería por siempre al mismo nivel de los animales con quienes convive.

       De igual forma, toda la humanidad, incluyendo a la gente más inteligente de éste planeta, detendría su desarrollo mental si dejaran de comunicarse con la Inteligencia Cósmica, que está más desarrollada que la humana. La Inteligencia Cósmica está presente en todas partes en éste gran infinito del Universo. La inteligencia del hombre es mucho mayor que la de las plantas y la de los insectos, y de ésta misma forma, los seres cósmicos son mucho más superiores que el Ser Humano. A ésta Inteligencia Cósmica, la gente la suele llamar Inteligencia Divina, y a aquellos que la poseen, Dioses.

       Pero, ¿qué es lo que significa la palabra Divino? Divino significa más perfecto que lo humano. Niños, ustedes saben que tanto para obtener conocimientos como habilidades, es necesario estudiar y trabajar por mucho tiempo. No puede haber otra forma.

       De manera que, aquellos a quienes la gente llama Dioses, solían ser como nosotros somos ahora, pero trabajaron muy duro y se superaron hasta alcanzar ese nivel divino del conocimiento y de las habilidades. Toda la vida del Cosmos está basada en la cooperación mutua. Esto significa que los seres sabios de planetas superiores ayudan a los habitantes de otros planetas que no están totalmente desarrollados.

       Traten de recordar los primeros años de su niñez, cuando ustedes hacían muy poco y eran ayudados y enseñados por sus hermanos y hermanas mayores, por sus padres y sus maestros. Lo mismo sucede en el Cosmos. La Inteligencia Cósmica ayuda a las criaturas de planetas menos

       desarrollados a desarrollarse. Estos seres sabios le dicen a la gente que no son dioses, sino que son los Hermanos Mayores del Cosmos.

       Los Siete Maestros Cósmicos vinieron a la Tierra de otros planetas a ayudar a la gente en su desarrollo y a darles el más alto conocimiento. Hace muchos millones de años fundaron el SHAMBHALA, el centro cósmico del conocimiento sobre la tierra. Durante muchos miles de años, mucha gente ha obtenido los conocimientos más profundos desde ésta casa de Luz. Este es el lugar descrito en muchas de las leyendas del mundo.

       En los tiempos antiguos, cuando la gente no era vanidosa ni arrogante como lo es ahora, los grandes maestros se comunicaban directamente con los habitantes de nuestro planeta y les transmitían su sabiduría. Hoy en día la gente se ha desligado del Cosmos, gracias al orgullo y la auto-dependencia. Han empezado a suponer incluso que la Tierra es el único planeta habitado del Universo y que son ellos el más elevado nivel de la creación del Cosmos. Es precísamente éste tipo de pensamiento el que ha cortado las comunicaciones con la Inteligencia Superior.

       Los Grandes Maestros dejaron de comunicarse directamente con la gente. Pero incluso ahora continúan comunicandose con la gente y brindándoles conocimiento. Ahora lo hacen a través de mediadores. Los mejores representantes de la humanidad. Aunque hay muy pocos en el mundo.

       En el siglo veinte, Nicolás y Helena Roerich fueron unos de éstos mediadores entre los Grandes Maestros y los habitantes de la Tierra.

       ¿Qué fue lo que los Grandes Maestros dijeron al matrimonio Roerich sobre los grandes misterios del Ser?

       Los seres humanos estamos conectados con el mundo que nos rodea mediante nuestros sentidos. Mediante éstos sentidos podemos escuchar sonidos y ver cosas a nuestro derredor como casa, árboles, el cielo, el sol y las estrellas. Nuestra piel percibe las cosas que toca, el calor de los rayos del sol, la humedad del aire y los vientos que soplan.

       Los científicos modernos dicen que todo lo que percibimos está hecho de materia y que por tanto vivimos en un mundo material. No obstante, esta idea es bastante erronea. Nuestros órganos sensoriales se desarrollan continuamente y hay mucho que no podemos percibir ni sentir.

       Por ejemplo, no podemos ver ni sentir las ondas de radio, pero nuestro aparato de radio no tiene ninguna dificultad para hacerlo. No podemos escuchar ningún sonido ni leerlo de la superficie plana de una cinta de audio-cassette. Pero nuestros equipos de sonido si lo pueden hacer. No podemos ver los rayos-X ni podemos

       sentir la radiación que emiten los reactores nucleares. Y hay muchas otras cosas que no podemos percibir, pero que sin embargo existen.

       La parte del mundo que es totalmente accesible a nuestros organos sensoriales es lo que los Grandes Maestros llaman el Mundo Denso. Este mundo está compuesto de materia densa, redonda y fácil de detectar por nuestros imperfectos órganos sensoriales. Sin embargo, existen a nuestro derredor mundos invisibles para nosotros, los cuales también están compuestos de materia, aunque de un tipo más especial y sutil, de manera que no nos es posible percibirlos. Existe gente que tiene la capacidad de percibir éste tipo de Mundos Sutiles que los demás no podemos percibir. Aunque se trata de una habilidad poco usual y que representa el nivel más alto de visión.

       En los años 80 del siglo pasado se solía hablar de Vanga, una mujer búlgara quien, siendo ciega de nacimiento podía ver imágenes de los Mundos Sutiles. Actualmente es muy raro que alguien posea tales habilidades, pero en el futuro será algo muy común para todo el mundo.

       En la Naturaleza existe también el Mundo Super-Sutil, el cual es mucho más difícil de percibir. A éste mundo se le llama en Mundo del Fuego. Nuestros sentidos no pueden percibir éste mundo ahora, pero algún día lo harán, cuando la gente logre desarrollar sus Sentidos Divinos.

       Todos los mundos visibles e invisibles que nos rodean están habitados y tienen inteligencia.

       Pero la Inteligencia más elevada del Universo está concentrada en el Mundo del Fuego. Toda persona (incluso la más ordinaria) contiene elementos de los mundos Sutil y del Fuego dentro de sí. El Alma Humana y el Espíritu son nuestros elementos de los Mundos Sutil y del Fuego.

       Amiguitos, si miran a su alrededor se darán cuenta que de todas las cosas que les rodean nada es eterno y todo está expuesto al deterioro y la destrucción tarde o temprano. Nuestras ropas se desgastan. Las plantas y los animales envejecen y mueren. Después de una vida larga, hasta el hombre envejece y muere. Los edificios más firmes y fuertes se deterioran y destruyen con el paso del tiempo. Ni siquiera las montañas son eternas. Lo mismo sucede en los Mundos Sutiles, aunque muy poca gente lo pueda ver. También éstos mundos se deterioran y destruyen al paso del tiempo. Pero en el Mundo del Fuego hay creación eterna, vida eterna e inmortalidad.

       Pero...¿Qué es lo que le sucede al hombre?

       Nuestro cuerpo físico pertenece al Mundo Denso. Se desgasta y envejece como nuestra ropa. Pero el hombre no solo es su cuerpo físico. El hombre también tiene cuerpos sutiles e invisibles. Aunque éstos cuerpos tampoco son eternos, pero viven más que el cuerpo físico. Toda persona tiene una parte interna, que es su alma, la cual pertenece al Altísimo Mundo del Fuego. La gente suele llamar a ésta la parte más interior del espíritu. Esta semilla del espíritu humano es tan eterna e inmortal como cualquier otra parte del Mundo del Fuego.

       Niños, traten de recordar cuando salen de su casa con mucha ropa puesta. A pesar de que tienen mucha ropa cubriendo su cuerpo, eso no es un obstáculo para comunicarse con los demás. Al estar en la playa durante el verano, por el contrario, solo tienen puesto un traje de baño, y sin embargo, no se sienten por esto menos capacidad mental que cuando traían puesta su ropa de invierno. Se encuentran y comunican con sus amigos, quienes los reconocen de cualquier forma que vayan vestidos.

       Nuestro cuerpo físico son como nuestra «ropa de temporada», que nos ayuda a vivir en el Mundo Denso. Al llegar a una edad avanzada, el hombre de desprende de ésta «ropa», ya desgastada, que es su cuerpo viejo. La gente suele referirse a ésta etapa como la muerte. Pero, ¿qué es la muerte? El hombre no puede desaparecer simplemente con todos sus sueños, pensamientos, deseos y esperanzas. No puede desaparecer todo lo que el hombre aprendió durante su vida.

       Aunque se haya deshecho de su cuerpo físico, el hombre no desaparece ni deja de ser un ser inteligente y pensante. La muerte no es el fin de la vida, sino una nueva forma de existencia. Incluso en tales condiciones, la gente sigue siendo capaz de reconocerse, de comunicarse, de establecer amistad y amor entre sí. Para entender cómo es que esto sucede es necesario entender primero cómo funcionan las Leyes del Cosmos.

       Queridos amiguitos, todos sabemos que en la vida es necesario seguir ciertas reglas para evitar problemas y posibles desgracias. La vida sería imposible sin éstas reglas. Por ejemplo, el cruzar la calle cuando la luz del semáforo está en color verde nos ayudará a evitar ser lastimados e incluso muertos en un accidente vial. Dejar una fogata encendida después de un campamento o la estufa encendida son acciones que pueden provocar un incendio. Todas éstas reglas les fueron enseñadas por sus padres y sus hermanos mayores cuando ustedes eran muy pequeños. Pues bien, el Cosmos también tiene sus propias reglas que son las Leyes Cósmicas. Estas nus fueron enseñadas por nuestros Hermanos Mayores. Y desobedecerlas o ignorarlas trae grandes problemas a nuestro planeta.

       Pero durante el siglo veinte, la gente de nuestro planeta rompió constantemente las Leyes Cósmicas, lo cual nos llevó a condiciones terribles y a enfermedades en la Naturaleza y en la sociedad. Conocer éstas Leyes Cósmicas no solo nos ayuda a evitar problemas, sino que nos da el punto de vista correcto del Universo. Lo cual es necesario para poder desarrollarnos mentalmente y vivir felices en nuestro planeta. Entre todas las Leyes del Cosmos hay tres que la gente del siglo veintiuno debemos conocer primeramente. Estas son: La Ley de Reencarnación, La Ley del Karma, y la Ley del Libre Albedrío.