El Fuego es la confirmación de la Vida.
El Mundo de Fuego crece en la concepción de la humanidad junto con la Hazaña del pensamiento.
La gente es igual en el germen de Fuego, pero solamente un denso atavismo los pone a diferentes distancias de la Verdad.
Cuando la gente se muestra como si un circulo de Fuego en realidad les es cercano, ellos no quemaran absurdamente su mano.
El Fuego se prende instantáneamente.
El Fuego no se prende debajo del agua...
Envejecen no por la vejez, sino por la extinción del Fuego.
La expulsión de Fuego del pensamiento ya ocasiona descomposición.
Cualquier Fuego es magnético, por eso es necesario huir del magnetismo del fuego negro.
El Fuego sano no pone detrás de sí olor a quemado.
Sueño ardiente — umbral de la felicidad.
Los Mundos de Fuego no tienen dificultades en la transmisión y en las comunicaciones.
Elevémonos hasta el nivel del Fuego, allá las palabras no son necesarias.
Es más fácil entender toda la diversidad de las sustancias de Fuego, cuando se puede ver no solo a los superiores, sino y a los inferiores.
La gente a menudo no comprende, dónde esta la frontera de la violencia. Unos tienden hacia la violencia, otros buscan la violencia. Los unos y los otros son contrarios a la naturaleza del Fuego.
Por lo general el despilfarro del Agni se realiza en el trabajo cotidiano y en los crepúsculos del espíritu.
El purificado Agni sirve como lámpara para todos.
L.H. Zasorina — Compilador, Autor de comentarios científicos, Doctor en ciencias de filología.
V.P. Golubev — Redactor.
K.H. Peláez — Traductor del idioma ruso al español.
¡Querido amigo!
Nuestra sociedad lleva ya muchos años ocupándose de editar y difundir libros dirigidos a la evolución espiritual y moral, que abren los ojos a la gente a conocimientos cósmicos, dados a la humanidad por el altísimo a través de la gran familia ROERICH. La principal significación en ellos es que lo que sembramos recogemos.
Justamente así, desde la antigüedad, la gente comprendió la Ley de las Causas y Efectos (Ley del Karma), y precisamente así se construye siempre la vida humana, que en nombre de lo que hagamos, de la vida lo recibiremos. Es decir, quien vive para si y solo para si, se pierde la Ayuda del Altísimo. (El escudo de la vida se va de él), y al contrario quien hace algo en nombre del bien común, recibe la mejor defensa, el escudo de la vida. De esta manera cada hombre construye su propio destino.
Si todas las personas, o por lo menos una parte de la humanidad, hicieran conciencia de esta realidad, muchas cosas en la tierra y en la vida de los hombres cambiaría hacia su mejor lado. Pero hay pocos que creen en la vida real. Por eso hay tanta desgracia, enfermedades e infelicidades, por eso incluso a los más ricos el dinero no los salva, ni los defiende.
A menudos supuestos planes dirigidos a la prosperidad personal, de pronto son borrados con algunos infortunios o incluso «casualidades». Cuando en realidad todo es una severa consecuencia, en plena correspondencia con las Leyes de la Vida.
Desde tiempos remotos, con la naturaleza (Dios, o fuerzas superiores) ha sido puesto en el hombre un «programa» cósmico de vida y acción, dirigida no solamente a la continuación del género sino también al desarrollo infinito de la vida en la tierra, en el manejo y la relación diligente hacia ella y la consecuente relación con todo lo que esta ocurriendo.
Es decir el hombre no debe encerrarse solamente en sus problemas personales y rodearse de los problemas del planeta y de la vida.
Al contrario, él no solamente se conduce contrariamente a los fundamentos puestos en él, sino que se somete a si mismo a un riesgo mortal de recibir un golpe de la vida, como consecuencia del incorrecto camino elegido.
Qué es lo que vemos nosotros diariamente alrededor nuestro, pero no hacemos análisis correctos y continuamos viviendo como vivimos hasta que nos alcance el mismo destino y nos borre todos nuestro planes personales y todos los ideales de un claro futuro personal. Nosotros escribimos y hablamos sobre esto con plena conciencia realmente de lo que sucede en la tierra y en la vida de la gente, teniendo constantemente ante nosotros una infinidad de ejemplos instructivos (e incluso espantosos).
Solo por eso hemos consagrado nuestras vidas al servicio de la gente, y ahora tratamos de abrir los ojos a la Realidad a todos los que quieren vivir. En esto vemos nuestra principal tarea, ayudando uno a otro a salir de la desgracia y conservar nuestra casa común — la Tierra, de la insensatez humana. Otro camino hacia un futuro mejor no existe.
Esto siempre lo entendieron la gente sabia de la tierra. Ellos se esmeraron no solo de adquirir, sino de sacrificar algo en nombre del Bien Común. Y esto fue para ellos la mejor defensa y el mejor fundamento, sobre el cual ellos se apoyaron y florecieron.
Lo que hace nuestra sociedad, es un deber común (¡la vida de cada uno depende de esto!), aunque es muy difícil e incomprensible para muchos. Es necesario ir al limite de las fuerzas, para introducir en nuestra vida algo claro e importante. Para cada uno y para nosotros también. Pero nosotros claramente vemos los resultados, vemos, como la conciencia de la Vida Real ayuda a muchos y para nosotros esto es lo principal.
Pero para que nuestra Madre Tierra se salve y para que en el futuro no espere a la oscuridad, sino la Felicidad y la Luz, en vida es importante hacer los esfuerzos comunes hacia el Deber principal de la humanidad.
Todo lo que usted haga por el Deber principal, sin falta y de la mejor forma regresará hacia usted, aumentado muchas veces. Así actúan las Leyes Cósmicas, las Leyes de la Vida (Las más seguras inversiones en los asuntos de la evolución).
Cuando tiemble la tierra (¡Las terribles señales de los Grandes, las profecías del Altísimo hoy solamente no las ve el ciego!), y para muchos bajos sus piernas no haya apoyo, todo lo que ustedes realizaron por el Bien Común, se devuelve como bien para ustedes. Así será.
Ahora mismo la Vida misma le ayudará con los mejores médicos, medicamentos y consejeros, ya que solamente a aquel que ayuda a la Vida, la Vida misma le ayuda y le paga cien veces.
LA SOCIEDAD ORIENTAL DE LOS ROERICH «URUSVATI», RUSIA